«En la práctica, el sector de la gestión de residuos promociona la economía circular porque es fundamental para su transición»
Hemos tenido la suerte de poder intercambiar impresiones con Jacobo Moreno, Ingeniero de Procesos, Fundador de EnviroHub Trashform y Consejero de ATEGRUS, experto en economía circular y gestión de residuos, con una amplia trayectoria de más de 25 años en el diseño, construcción y operación de plantas industriales -sostenibles.
¿Cómo ha sido la experiencia en África del congreso, cual es la situación fuera y como se compara con el escenario nacional?
«El congreso en África ha sido una experiencia reveladora. Uno de los principales puntos que surgieron es la gran diversidad de realidades en el continente, con algunos países que han avanzado significativamente en la implementación de políticas de economía circular, mientras que otros aún enfrentan grandes desafíos relacionados con la gestión de residuos. En muchas áreas, la infraestructura es limitada, y hay una alta dependencia de la informalidad en la recolección y tratamiento de residuos, lo que genera tanto oportunidades como desafíos. Sin embargo, lo más destacable es el potencial para aplicar soluciones innovadoras y la voluntad de colaboración internacional.
En comparación con el escenario nacional en España, estamos en una posición más avanzada en términos de políticas públicas, infraestructuras de reciclaje y gestión de residuos, gracias a nuestra alineación con las normativas europeas, como el Pacto Verde Europeo y los objetivos de la Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular. España cuenta con una estructura más consolidada en cuanto a la separación y reciclaje de residuos, así como tecnologías avanzadas para el tratamiento y valorización de residuos. Sin embargo, aún compartimos desafíos comunes con África, como la necesidad de fomentar la educación ciudadana y mejorar las tasas de reciclaje en ciertos sectores.
Un aspecto inspirador que podemos aprender de la experiencia africana es su enfoque comunitario y las soluciones locales que se están implementando. En España, podríamos beneficiarnos de explorar más colaboraciones entre actores informales y formales del sector para aumentar el reciclaje inclusivo. Además, en África se están explorando soluciones innovadoras de bajo coste, especialmente en el uso de residuos como recursos en la economía circular, que también podríamos adaptar a nivel nacional para mejorar nuestra circularidad en áreas rurales o menos desarrolladas.»
Ya en España. ¿Por qué el sector de la gestión de residuos promociona la Economía Circular?
“Es cierto que, si llevamos la economía circular al extremo de su perfección, en teoría, el sector de residuos podría llegar a desaparecer, ya que todo recurso se reutilizaría y nada se descartaría como residuo. Sin embargo, esto es una visión idealizada y extremadamente lejana a la realidad actual.
En la práctica, el sector de la gestión de residuos promociona la economía circular porque es fundamental para su transición. No se trata de que los residuos desaparezcan por completo, sino de gestionarlos de manera más inteligente, eficiente y sostenible. El objetivo es maximizar el valor de los recursos durante el mayor tiempo posible y minimizar la cantidad de residuos que terminan en vertederos o incineradores.
El sector tiene un papel crucial en esta transición, ya que no solo se ocupa de la gestión de residuos en su fase final, sino que también facilita la reutilización, el reciclaje y la valorización de materiales. La economía circular genera nuevas oportunidades para el sector, como la creación de tecnologías innovadoras para el tratamiento de residuos, el desarrollo de nuevos mercados para materiales reciclados y la implementación de infraestructuras que permitan una gestión más eficiente.
Volviendo a la idea de la «reducción al absurdo», si todo fuera circular y perfecto, los residuos tal como los conocemos desaparecerían, pero el sector no se quedaría sin trabajo. Se transformaría en un sector de recuperación y transformación de recursos, manteniendo materiales en circulación y cerrando ciclos. Además, siempre habrá un residuo «inevitable» o difícil de reutilizar, y ahí es donde el sector seguiría siendo clave, optimizando procesos para reducir al mínimo su impacto.
En resumen, el sector de la gestión de residuos no solo promueve la economía circular, sino que se reinventa y adapta para liderar este cambio hacia un futuro más sostenible.”
¿Hasta qué punto las métricas y herramientas actuales para medir el progreso hacia una economía circular capturan realmente el impacto positivo en el medio ambiente y la sociedad, y cómo podemos asegurarnos de que no solo midamos la cantidad de materiales reciclados, sino también el verdadero valor añadido y la reducción de la huella ecológica en todo el ciclo de vida de los productos?
«Las métricas y herramientas actuales para medir el progreso hacia una economía circular se centran principalmente en indicadores como la cantidad de materiales reciclados o la reducción de residuos enviados a vertederos. Sin embargo, estas métricas no capturan por completo el impacto ambiental y social positivo de todo el ciclo de vida de los productos. Es fundamental que ampliemos estas herramientas para medir aspectos como la Descontaminación, la Descarbonizacióny la Destoxificación, que son el nuevo mantra para asegurar una economía verdaderamente sostenible. De este modo, no solo se enfocaría en la cantidad de materiales reciclados, sino también en su valor añadido y la reducción real de la huella ecológica de los productos en su ciclo de vida completo.
Caso de la lana española: Un ejemplo claro de las limitaciones de las métricas actuales es el caso catastrófico de la lana española. Hoy en día, alrededor del 80% de la lana producida en España se desperdicia o se vende a precios extremadamente bajos. Esto ocurre en gran parte porque el sistema actual de economía circular favorece el reciclaje de materiales sintéticos, como el poliéster y el nylon reciclado de plásticos, en lugar de promover soluciones verdaderamente sostenibles basadas en materiales naturales y renovables como la lana. Aunque el reciclaje de plásticos se presenta como una solución circular, en realidad estamos creando productos que no son biodegradables y perpetúan la contaminación por microplásticos.
La lana, por otro lado, es naturalmente biodegradable, con propiedades aislantes y resistentes al fuego, lo que la hace ideal para una economía circular regenerativa. Sin embargo, las métricas que priorizan el reciclaje de plásticos están expulsando este material sostenible del mercado, ya que el poliéster reciclado es más barato de producir y más fácilmente integrado en el mercado textil.
Cómo podemos mejorar las métricas:
- Valor añadido: Las métricas deberían capturar no solo la cantidad reciclada, sino el valor que aportan los materiales naturales como la lana, tanto en términos de sostenibilidad como de regeneración del ecosistema.
- Huella ecológica completa: Deberíamos medir la huella de carbono, el consumo de energía y el impacto total de los productos a lo largo de su ciclo de vida, desde la producción hasta su disposición final.
- Circularidad regenerativa: Es necesario que las métricas promuevan la regeneración de recursos naturales y el uso de materiales que puedan reintegrarse en el medio ambiente sin generar contaminación, como la lana.
El caso de la lana española nos muestra cómo las métricas limitadas pueden distorsionar el verdadero progreso hacia una economía circular sostenible, favoreciendo soluciones que, en el largo plazo, generan más problemas ambientales. La clave está en redefinir nuestras herramientas de medición para alinearlas con los objetivos de descontaminar, descarbonizar y destoxificar, y así apoyar una verdadera circularidad basada en el respeto por los recursos naturales.»