Una de las consecuencias menos atractivas de la actividad humana es la generación de residuos. En los últimos 100 años los seres humanos, apartados de los ciclos de la naturaleza, nos hemos dedicado por un lado a esquilmar los recursos naturales que nos ofrece el planeta y, por otro, a llenar nuestras tierras con vertederos de residuos.
Las sociedades desarrolladas, aferradas al hábito de “usar y tirar”, se caracterizan por su enorme consumo de recursos y en consecuencia por su enorme generación de residuos. En Europa cada persona genera 500 kg de residuos al año. Desde hace décadas, independientemente de los ciclos económicos, una de las asignaturas pendientes de las políticas medioambientales en los países desarrollados ha sido desacoplar el crecimiento económico del crecimiento en la generación de residuos.
La gestión de residuos urbanos es un servicio público que los entes locales (ayuntamientos o consorcios) prestan a los ciudadanos y que consiste en la recogida domiciliaria de los residuos que generamos todos y su transporte hasta centros de tratamiento centralizados.
Un sistema de gestión de residuos es un conjunto de instalaciones, procesos y pautas que permiten cumplir con el servicio de recogida y tratamiento de residuos, con un ámbito municipal o comarcal. En un sistema de gestión de residuos intervienen distintos actores: administraciones públicas y empresas concesionarias (la parte visible del iceberg) y la ciudadanía (la parte no visible). Dentro de las administraciones públicas algunas se dedican a establecer normativa y políticas, mientras que otras -las entidades locales, más cercanas a los ciudadanos- son las que por ley están obligadas a prestar el servicio. Para las entidades locales el servicio de recogida y tratamiento de residuos, ya sea directamente o a través de una empresa concesionaria del servicio, representa una importante partida de gastos en sus presupuestos.
Los ciudadanos somos los generadores de residuos y los receptores de este servicio. En una gran mayoría desconocemos cómo funciona y lo consideramos adecuado con tal de que nos recojan nuestras bolsas de basura. Vivimos al margen de un servicio público esencial, creado por y para nosotros, en cuyo diseño normalmente no hemos participado y cuyo funcionamiento desconocemos. Tampoco somos conocedores de los costes de operación, que evidentemente pagamos, pero en general de forma poco transparente. Tan solo nos preocupa el servicio en los casos en que hay una huelga en el servicio y “nadie” nos recoge las bolsas.
En lo relativo a sistemas de gestión de residuos existen diferencias notables entre los países desarrollados y los países emergentes. Las diferencias son del tipo material – hardware (las infraestructuras de gestión) y del tipo inmaterial – software (la transparencia y la concienciación ciudadana).
Cuando las personas del sector de gestión de residuos visitan instalaciones de tratamiento de residuos (el hardware) suelen quedar impresionadas por determinadas características técnicas y por sofisticadas plantas que nos llaman la atención por sus prestaciones. De lo que no son tan conscientes es de que, para obtener los elevados resultados en cuanto a recuperación material y energética de residuos (y por tanto, los bajos niveles de vertido), la clave es la concienciación ciudadana, la gobernanza y la transparencia en costes (el software).
Para que un sistema de gestión de residuos tenga éxito tiene que funcionar la parte hardware (cuestión de inversiones) y también la parte software (cuestión de consciencia colectiva). Como en una simbiosis, si una falla, todo el sistema falla, y entonces se sigue optando por lo más fácil y barato: el vertedero.
Los ciudadanos tendemos a buscar lo más barato, tanto en consumo como en gestión ambiental. Y la opción más barata puede ser lo más cómodo (productos de usar y tirar, abuso del vertido), pero obviamente no es lo más sostenible.
Todos generamos residuos y todos nos debemos implicar en una correcta gestión de residuos, en un sistema de gestión moderno y eficiente, que proteja nuestro futuro y el futuro de nuestros hijos.
El próximo mes de Octubre, entre el día 7 y 9, se celebra en el Palacio Euskalduna de Bilbao el ISWA World Congress, donde todos nosotros, representantes del mundo institucional, académico o del sector de gestión de residuos, tendremos ocasión de intercambiar experiencias sobre los sistemas de gestión de residuos en distintos países del mundo y mejorar nuestra conciencia ciudadana sobre un uso más eficiente de los recursos, unas pautas de consumo más racionales y una mejor preparación para el reciclaje de nuestros residuos.